Nuevas y excitantes exploraciones.
Lo mejor que te puede aportar una feria de arte, además de la experiencia de la visita, son las ventanas que te abre. Artistas desconocidos, artistas conocidos con los que te vuelves a encontrar. Una oportunidad de renovar tus viejas creencias y ¿Por qué no? de participar también en el ambientado y polémico debate sobre la fina linea que separa el arte de una jovial «ida de olla»
Como cuatro ojos ven mejor que dos, este artículo es un Dueto. Alberto Coronado, colaborador de este faro, y yo misma, vamos a entonar el canto final de ARCO 2016 para compartir contigo las propuestas de los artistas a los que vale la pena seguir de cerca.
Alberto y yo coincidimos en que «Quien tuvo retuvo». Como cada año, ARCO propuso clásicos contemporáneos como Miquel Navarro, cuya ciudad de planchas de metal, lejos de resultar fría nos proponían un momento de intimidad tan valioso, que resultaba imposible no imaginar la vida en ella. Se trata de una obra de los años 80, de cuando el artista empezó a triunfar en Nueva York…¿Nostalgia renovada? Una maravillosa propuesta de la Galería Fernández-Braso.
No cabe duda que el espejo de triángulos de Anish Rapor fue el punto por excelencia de los selfies de este año pero más sorprendente y elegante le parecieron a Alberto las propuesta de Otto Bell y Jason Martin: Textura y más textura, porque, aunque no se pueda ¿A quién no le gusta tocar?
Pasamos de la pared a esta instalación que revisa la forma en la que percibimos el paisaje supone en sí misma una pieza de suma armonía y mensaje rompedor. En la Galería Bendana -Pinel nos explican que los occidentales percibimos el paisaje como un elemento externo que se puede recorrer y admirar, mientras que los orientales se sienten como parte del paisaje e interiorizan su armonía y también sus agrestes peligros. (Esta inmersión se representa en fotografía que funcionan como accidentes geográficos)
Cornelia Parker no tiene reparo en «chafar» los más nobles símbolos de la buena mesa inglesa. Nominada al prestigioso Premio Turner, desafía las viejas costumbres con un lenguaje entre el clasicismo y el Dadá, con objetos intervenidos y descontextualizados, como nos explican en la galería Carles Taché.
Las personas ni se venden ni se compran
¿Ah si?, ¿Tús crees? Pues no es por contradecirte pero Mateo Maté, un hombre muy cuerdo, ha puesto en venta su esqueleto por partes (contrato incluido) y protagoniza así una moderna crucifixión que me recuerda mucho a los saltos al vacío de Ives Klein, reconozco que no sé por qué, simplemente mi cabeza hace esa asociación entre saltar por una ventana y reconocer que no es para tanto vender la materia que nos da forma, que polvo dicen que somos y que en polvo dicen que nos convertiremos…Klein era enérgico y ágil de cabeza y Maté es «Homus Creativus» a más no poder.
Sabiendo que Marlborough es una de las galerías en las que siempre hay que hacer una parada, encontramos, además del Antonio López de dos millones y medio de euros, propuesta de artista jóvenes como el asturiano Hugo Fontela con su serie «Big War» un manto de lava y ceniza con tintes expresionistas de originales puntos de vista, pues parece que eres tú el que está enterrado entre la negrura esperando un rayo de luz, y sientes la densidad del humo…y te agobias…y buscas más aire, sensación que intuyo, debe darse mucho en la guerra. Así que muy bien traído de la piel al lienzo.
ARCO, como todas las ferias de arte tiene dos misiones; por un lado se trata de un escaparate que muestra como tradición e innovación son la sabia que mantiene vivo el arte contemporáneo, pues las referencias entre consagrados y emergentes , o entre clásicos y emergentes están a la vista. Esto, lejos de matar la creatividad aporta un hilo conductor que ayuda a que la sociedad asuma las nuevas creaciones.Por otro lado, ARCO es un punto de venta y lo que esperan los galeristas es eso, ¡Vender!
Cristina Salama, Fundadora y Gerente de Tasararte explica que para los galeristas, estar en ARCO supone un esfuerzo económico y un riesgo pero que por suerte cada vez aumenta el volumen de pequeños y medianos coleccionistas, por lo que hay posibilidad de ampliar público.
Precisamente ARCO cierra con división de opiniones pero aumento en ventas respecto al año anterior…Sigue pujando alto el coleccionista latinamericano, sobre todo colombianos, aunque la variedad de precios ayuda a que los coleccionistas españoles se reactiven.
¿Y qué obras se quedarán a la vista de todos? Nuestro Museo Reina Sofía adquiere 19 obras de 10 artistas, entre ellos está Dominique Gonzalez-Foerster, que declaró que «el arte es más intenso como experiencia que como imagen» . Alberto y yo estamos de acuerdo ¿Y tú?
Y a usted, señor ¿Quién le ha castigado? En medio del bullicio y a pequeña escala, más bajo que un niño de 3 años…»Silver Lamento» de Gonzalo Lebrija, llora su desdicha ajeno al trajín. Este artista mexicano mide el paso del tiempo en distancia y escalas, las que separan un momento de nuestra vida, de otro. Momentos de deseo, desenfreno, ira, y de arrepentimiento si fuese necesario.
Discreto de color, casi de incógnito y fuera de su desgarro habitual, Yan Pei-Ming, presenta una obra con la pintura casi húmeda (2015) pidiendo un momento de recogimiento difícil de practicar en una feria.
De entre tanta magnitud de obra, y aunque me encantan los grandes formatos, me suele cautivar lo pequeño, que en el fondo suele aludir a magnas ideas, ¿Qué pensaría El Greco de este Laoconte? Stephan Balkenhol es el responsable…y es que la vida moderna puede ser tan amenazante como la mitología (Deweer Gallery)
Por otro lado hay quienes aún siendo un clásico son todavía difíciles de clasificar. Alex Katz conecta con las personas a través de sus honestos primeros planos y de sus paisajes, a mi juicio, herederos de las sensaciones plásticas que produce Hopper, quietud, tensión y cierto misterio. La sonrisa de sus protagonistas es uno de los sellos de la Galería Javier López & Fer Francés. (en breve el faro se centra en Kazt)
Alberto Coronado echó en falta más vídeo-arte, pero destaca un «happening» realizado en completa oscuridad, audacia que no podemos traerte aquí porque precisamente en esto de las performance, lo que vale es lo efímero…
Aprovechando que este faro no es el New York Times, puedo opinar sin temor al escarnio público. Reconozco que tras tanto fogonazo contemporáneo mis ojos y mi espíritu piden una dosis de Botticelli, dos de Rafael y tres de Leonardo…(con sfumato, s´il vous plait)
Y es que esta es otra de las claves de arte. En la variedad encuentra uno la emoción, porque el arte es la crónica continua de la evolución humana y mientras estemos vivos, el cuento continúa…
Buena selección faro! Yo también soy fan de Jason Martín y me encantó la obra sobre la reflexión de la naturaleza de la Galería Bendana..desde luego un buen descubrimiento.
Me gusta la narración, que haces de tú visita a Arco. Sobre todo el ultimo párrafo
Muchos besos¡¡¡¡¡¡¡¡