Dos de mis favoritos para mirar de cerca

Mientras preparamos las visitas guiadas pasamos muchas horas a solas con las obras y entablamos una relación personal con ellas. Esto hace que podamos ayudarte a comprenderlas y disfrutarlas con más intensidad. De los museos a los que realizamos visitas, hoy escogemos El Museo Thyssen-Bornemisza y del Museo del Prado. Te damos algunas claves de una obra de cada museo, tal vez más conocidas, pero exquisitas si te animas a mirar de cerca.

Esperamos que disfrutes este breve momento de arte y que muy pronto vengas a disfrutar estas y otras obras en directo con nuestras visitas guiadas. Para más información y reservas te atendemos encantados en info@elfarodehopper.com

Bodegón con frutas, Willem van Aelst, 1664 Museo Nacional Thyssen-Bornemisza

En una pequeña sala que suele estar muy tranquila, descansa esta belleza del siglo XVII que encierra una mirada y una técnica de gran originalidad.

Vemos un jarrón transparente con pie dorado, sobre un mesado de mármol que está cubierto con un tapete de terciopelo azul, a su lado hay una enorme granada y varias cochas colocadas de forma aparentemente casual, digo aparente, porque en esta obra todo esta bien estudiado para transmitir relajación pero sofisticación al mismo tiempo.

Del exótico vaso emergen dos tipos de plantas cítricas, membrillos y limones abombados. Dos jilgueros se acercan a las plantas. Apenas veo entorno de la estancia que acogería la escena, el artista saca hacia adelante estos objetos desde un fondo oscuro y neutro.

Willem van Aelst (1627-1683) es contemporáneo de Velázquez y de Rembrandt, aunque van Aelst es el más joven de los 3. Es holandés de Delft pero se forma en Francia y en Italia, precisamente yo descubrí sus obras en Florencia. Se especializa en pintura de bodegones y se convierte en un vivaz pintor de este género tan de moda en el siglo XVII aunque les imprime algunas variantes que las hacen especiales.

Por ejemplo en esta exquisita obra, en lugar de flores van Aelst decide dar orotaginismo a dos especies de cítricos y justo coloca el jarrón con las plantas en mitad de la pintura para que se despliegue majestuoso ante nuestra mirada perpleja. ¿Plantas tan sencillas como protagonistas? Precisamente los críticos eran muy raros en Amsterdam cuando se pintó esta obra, así que para quien la viese, estos frutos eran más sorprendentes que las pinturas de flores, por eso me encanta la personalidad de este artista.

Fíjate también de cerca en el mesado de mármol con veta castaña, verde y crema, Willem van Aelst , deja que asome bajo el tapete de terciopelo azul zafiro. Junto a las conchas, que portan un aire marino a la escena, está la granada, enorme, muy volumétrica; El artista la resalta a través de la luz y así consigue darnos la sensación de que la propia fruta nos está mirando de frente.

¿Qué me dices del color? El despliegue de tonos fríos de la planta es fabuloso. Las hojas me embelesan, con esas gamas de verdes casi transparentes, donde encontramos pinceladas de castaño, azul y blanco que hacen de la planta un ente psicodélico. Los dos jilgueros hembra que sobrevuelan la planta, uno se posa en la rama más alta, dotan de grácil y femenino movimiento a la escena y me recuerdan que las naturaleza muertas están más vivas de lo que parece a primera vista.

Esta y otras obras exquisitas las exploramos en nuestras visitas guiadas a la Colección permanente del Museo Thyssen. Te esperamos

Continuamos ahora con uno de nuestros favoritos del Museo del Prado, esta vez un retrato.

Carlos III, niño. Jean Ranc, 1735 Museo Nacional del Prado

Para entender este retrato tenemos que poner atención al cambio de dinastía. En nuestras visitas guiadas, además de claves sobre las pinturas y los artistas, siempre te hacemos viajar al momento histórico al que pertenecen.

Muerto sin descendencia Carlos II el último Austria español, sube al trono de España el primer Borbón venido de Francia, Felipe V (de hecho, así lo había dispuesto Carlos II en su testamento en 1700) Pero Felipe V se había educado en el suntuoso Versalles y estaba acostumbrado a una pintura muy diferente a la de los últimos pintores de la corte de los Austrias, como por ejemplo Juan Carreño de Miranda, que había sido retratista de Carlos II.

Así que Felipe V van trayendo a España a sus pintores favoritos. Uno de ellos fue Jean Ranc, autor de este dulcísimo retrato de Carlos III, hijo de Felipe V y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio. Antes de asumir el trono de España, Carlos III era también Rey de Nápoles y Sicilia, entre otros títulos. Precisamente en 2019 estuvimos visitando su palacio en Caserta, cerca de Nápoles.

En este retrato Carlos III aún es un niño, no asumirá el trono español hasta 1759, cuando su hermanastro Fernando VI muere sin hijos.

Con una técnica muy depurada y pincelada muy limpia y brillante, propia del siglo XVIII, Jean Ranc nos muestra al príncipe Carlos en su gabinete de estudios, al niño le encantaba el estudio de las especies naturales y de sus aplicaciones medicinales y estéticas. No en vano, Carlos III hace construir el edificio del actual Museo del Prado en 1785 como Gabinete de Historia Natural. El edifico de convierte en Museo en 1819 bajo en reinado de su nieto Fernando VII , en tiempos de Goya.

El retrato rezuma tanta naturalidad y dulzura que olvidamos la majestad del personaje. Jean Ranc lo retrata en un momento íntimo, con la peluca suelta sin sombrero, en una habitación con cierto desorden y consultando un tratado botánico, con un jazmín en la mano y que nos muestra con gracioso orgullo infantil. Sobre el libro reposa una rosa a tono con los colores de las flores del gran vaso que tiene sobre el buró de patas ricamente labradas. Debe oler muy bien ese gabinete, ¿Verdad?

El niño Carlos está acompañado de aves exóticas, la de la parte inferior del cuadro gana protagonismo por el efecto de la luz sobre su plumaje. También da vida al cuadro el sombrero sobre la butaca, adornado con ligeras plumas que parecen moverse con cualquier leve movimiento y que nos ayuda en entrar en el ambiente hogareños de la obra.

Del atuendo del futuro rey de España destacan los bordados de su casaca como faldón plisado de terciopelo azul. Esos bordados en dorado están descritos con mimo y detalle por el pintor , que perderá la vida en un trágico accidente crucial para la Historia del Arte Español, como te contamos en nuestras visitas guiadas al Museo del Prado.

Creo que la parte más hermosa de este retrato es la familiaridad que emana, ya que no es un retrato de Aparato o de Poder sino un encargo de su padre Felipe V, que pide a Jean Ranc que inmortalice a sus hijos para su Palacio favorito, El de la Granja. Así que en realidad, este retrato muestra la personalidad de Carlos III a través de su gran afición; El estudio de la naturaleza y la ciencia, signos del monarca Ilustrado que acabará siendo.

Estos retratos de la corte de los primeros Borbones en España nos sirven para deleitarnos con la belleza de la pintura del gusto francés pero también para entender la modernidad y originalidad de nuestro Francisco de Goya, que será retratista de Carlos IV y de los dramáticos acontecimientos que marcarán el inicio del siglo XIX.

Espero que estas dos obras que adoro mirar y explicar te haya hecho pasar un buen rato y hayan estimulado tu apetito de arte en directo. Nos vemos en nuestras visitas guiadas al Museo Thyssen y al Museo del Prado, pero tenemos más tipos de visitas guiadas, por diferentes temáticas, puedes consultarlo en el link al final del articulo. Para información y reservas de visitas guiadas te atendemos encantados en info@elfarodehopper.com

Visitas guiadas a Museos y Exposiciones en Madrid

Un abrazo desde El faro de Hopper

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