Así es, Mar Solís crea tormentas, las enciende, apacigua y domestica si es necesario. Esta artista española nos hace transitar entre «Estanques de tormentas», algo que se entiende ante la serena solemnidad de sus escultura de ébano, poderosa y livianas, donde el espectador no solo se ve atraído por las piezas en sí, sino por las sombras que proyectan.
Alberto Coronado, colaborador de El faro de Hopper, estuvo con ella antes de su marcha Estados Unidos para participar en Context Art Miami (del 29 de noviembre al 4 de diciembre) Gracias a este encuentro podemos conocer la obra a través de la propia artista, lo cual es siempre un privilegio.
¿Y quién no ha sentido esas tormentas mentales y emocionales? Las esculturas de Mar Solís planean majestuosas sobre nuestras cabezas, funcionando incluso como baldaquinos sacros. Como bien explica Mar Solís, las sombras juegan un papel fundamental en la contemplación de la obra escultórica de Mar Solís, como también hicieron en su momento Oteiza o Chillida. Estas sombras se dibujan en la pared como reflejos contundentes, realizando un juego misterioso.
La obra de Mar Solís supone una narración que explora las emociones contradictorias y se plasma en diferentes soportes, desde el papel Amate con carboncillo, hasta sus «columnas fúricas» auténticos torbellinos carnales en dibujo que se enfrentan a esculturas ancladas en la pared y que suponen la parte ósea, de hecho, recuerdan a trofeos de caza.
Pero ¡cuidado! las tormentas se mueven, pueden atraparnos y llevarnos con ellas
Del grueso de la obra de Mar Solís, llaman poderosamente la atención sus bellísimos “cuadernos de artista» que más que bocetos de la obra posterior suponen auténticos diarios de viaje que podemos explorar con las manos, así es…podemos tocar.
Pero hay algo que aunque pueda parecer muy clásico es el origen de toda la obra de Mar Solís, un gesto que define la energía de la artista.
Un proyecto de «Slow-art»
Así de tranquilos conversamos con Mar Solís. Fue en su reciente muestra que se enmarca en el proyecto expositivo «El tercero de Velázquez» proyecto «Slow-art» (sin agobios, sin prisa, sin presión mediática) impulsado por Julieta de Haro, que ya había conocido este formato de acercamiento íntimo al arte en París, donde residía en los años 70.
“El Tercero de Velázquez” consiste en exponer obra de artistas contemporáneos consolidados, en un espacio donde mediante visitas privadas y seleccionadas, se pueda contemplar la obra con el artista presente, conociendo así su experiencia y motivación.
Alberto Coronado, experto en arte y colaborador de El faro de Hopper