¿Por qué París? ¿Por qué Audrey?

Tal vez la pregunta sería ¿Cómo no iba a ser París?

Y qué me dices de Audrey Hepburn ¿Acaso no fue un buen reclamo por su talento y genuina belleza?

Brassaï pasa el verano en Madrid, y el París de sus mejores fotografías imprime una atmósfera de misterio a las frescas salas de la Fundación Mapfre (Recoletos, 23) Siguiendo la Catellana en dirección norte, Cecil Beaton muestra sus mejores retratos en la Fundación Canal (C/ Mateo Inurria, 2)

Ya puedes reservar tu plaza para disfrutar en directo estas exposiciones con las  Visitas Guiadas de este faro, pero antes, exploremos brevemente la trayectoria de ambos fotógrafos y aclaremos lo de París y Audrey.

Brassaï- Su París, es el nuestro

Estoy segura que tanto si conoces la capital francesa como sino, la mirada de Brassaï es también tu mirada, sobre todo en vistas nocturnas, pues ningún fotógrafo ha retratado el París noctámbulo con más interés y sensibilidad.

Esas noches, esos cafés

Parece que París llevase escrito en sus calles la historia de la rebeldía. Si pensamos en el movimiento impresionista, que aunque hoy  parezca amable supuso una revolución estética sin precedentes, o si recordamos los inicios de las Vanguardias del siglo XX, reconocemos en París un crisol de inquietudes y un trampolín para los más atrevidos.  Luego vendrían las revoluciones sociales y estudiantiles, la guerra y la resistencia, las pasarelas y la bohemia y París, siempre atenta al devenir de los acontecimientos, seguía ahí, hermosa y segura de sí misma, sabiendo que su atractivo personal jamás pasaría desapercibido.

Desde su llegada a la ciudad del Sena en 1924, Brassaï se relacionó con los artistas y escritores afincados en Montparnasse como Picasso y Modigliani, aunque es en las escenas cotidianas en las que el fotógrafo nacido en la novelesca Transilvania imprimió su enfoque personal.

El estilo fotográfico de principios del siglo XX estaba marcado por la búsqueda de la sensación de espontaneidad y movimiento, sin embargo, Brassaï buscaba una imagen estable, detenida, destinada a perdurar en el tiempo y a ser una metáfora universal del momento fotografiado, de ahí sus retratos de personas dormidas. Tengamos en cuenta que París no es solo alta sociedad, a la que Brassaï también retrata, sino que en la década de los ´30 estaba poblada de trabajadores que entre jornada y jornada, solían echarse una cabezadita en la calle.

París, también puede ser una ciudad dura

Al caer la noche…París es enigmático y seductor.  «Paris de nuit» fue un encargo del editor Charles Peignot que aún a día de hoy desvela el encanto incorruptible del Trocadero, de la torre Eiffel, del Bulevar de Saint -Germain. Ante estas imágenes se perciben los novedosos puntos de vista y un halo de silencio similar a cuando al regresar a casa tarde, caminando, tienes tus pisadas como únicas compañeras. ¿Lo has hecho alguna vez?

Torre Eiffel vista dede El Trocadero

¿Posan o no posan? Ante la falsa apariencia de naturalidad, el propio Brassaï lo explicó así:

«Obligar al modelo a actuar como si el fotógrafo no estuviese allí es representar una comedia,lo natural es que el modelo pose honestamente» 

Cecil Beaton era un dandi por elección, un amante de la belleza al que no le importaba reconocer que la estética dominaba su trabajo y sus elecciones personales. Encontraremos en sus imágenes una puesta en escena elegante y con aplomo, sin rastro de calidez, es cierto, pero de una fuerza  visual impecable.

Beaton destacó no solo como fotógrafo, sino como escenógrafo y diseñador de vestuario de importantes películas como My Fair Lady,  por la que conseguiría dos Premios Oscar en 1965, a la mejor dirección artística y  al mejor diseño de vestuario.

Audrey Hepburn como My fair Lady

Aunque inglés de puro Tweed, Cecil Beaton, pasó gran parte de su vida en Estados Unidos donde fotografió a las grandes estrellas de su tiempo como Marilyn Monroe, , Joan Crawford, Gary Cooper  y Marlon Brando entre otros. Amando alocadamente a Greta Garbo, sin remedio, sin retorno.

La Garbo, distante, extraña ,irrepetible

Siempre inmerso en los círculos intelectuales y artísticos, Beaton sabía moverse en sociedad y de hecho, disfrutaba de cierto protagonismo, no solo como fotógrafo sino como personalidad en sí mismo. De los bombardeos de Londres a los retratos oficiales y familiares de la Reina Isabel II de Inglaterra, Beaton llegó incluso a las páginas de Vogue francés a finales de los años 70.

Francis Bacon en su estudio, 1960
Isabel II con su hijo el príncipe Andrés

Audrey Hepburn y Beaton fueron buenos amigos, estado de gracia que no se puede aplicar a la relación del fotógrafo con la otra Hepburn, con Katharine, ni con otras actrices y celebrities del momento. En su diario personal Beaton era duro, extremadamente afilado en sus críticas pero también generoso en sus elogios. Caerle en gracia o desairarle era un puro capricho del azar.

Katherine Hepburn, todo un carácter

Cecil Beaton dijo de Audrey que era «segura sin ser engreía y tierna sin sentimentalismo»…no está mal

Por su parte, Audrey afirmó con su particular encanto que «París, siempre es una buena idea»           así que, conectadas la ciudad y la musa, no queda otra opción que disfrutar de estas magníficas exposiciones antes de que dejen Madrid.

 

 

 

 

 

 

 

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