«Crecí en un taller, para mí el arte es oficio» Kike Ortega

Así explica Kike Ortega uno de sus bidones, un buen ejemplo del lenguaje plástico que da forma a su identidad como artista. Kike no es discreto, es directo, su obra también, él no espera, busca.

Ahora, tras varias exposiciones en España, podemos encontrarle en Miami, en el Centro de Arte Biscayne Art House (del 10 al 20 de febrero)

Le conocí en un parking, allí me lo presentaron. Luego le reencontré en la calma de su propia exposición. Cuando crucé la puerta Kike leía, le encanta bucear en la historia del arte. Bajo la atenta mirada de un Francis Bacon de madera creado por él mismo, no sin antes tener el visto bueno de una de sus esculturas, a la que casi confundo con un visitante más.

 

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es Mr Bacon… y parece abatido

-Ni soy Bohemio ni me siento incromprendido, el arte no es para solitarios, me gusta estar con la gente.

Una de las claves de las obras de Kike Ortega es que comunican a doble ritmo, primero impactan, después en la segunda mirada, te empiezan a contar la  historia de su autor.

Kike es arquitecto, hijo de artista y se toma su trabajo muy en serio. Para él, arte es todo aquello que genera una mirada nueva, y va más allá, para Kike un artista ha de contar con una habilidad de descubrir posibilidades plásticas o narrativas donde otros no ven nada.

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El alambre y el sentimiento son reales

Aquí es donde la obra de Kike Ortega cobra un sentido inédito y genuino, porque él deja que sean los materiales los que se comuniquen con el espectador.

En mis obras el hormigón, la tela de saco, el metal o la madera cuentan su historia más íntima, y cada uno aporte un valor al conjunto total. Así, unos materiales darán  calidez, otros distancia, otros crudeza. En mi obra, mensaje y material son inseparables.

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Arquitectura sobre hojas de libro

 

La apuesta de Kike es de confianza, en el fondo encuentro en este hiperactivo pontevedrés algo de «primitivo» pues intuyo que se ha despojado de los ropajes que la vida nos pone a  veces sin preguntar para vestir el atuendo de su propia intuición. Su curiosidad es admirable, y de la misma forma que admite que sabe hacer hablar al cemento, me explica que le encanta investigar a los autores clásicos, su método y su motivación.

-Soy muy trabajador, mantengo una sana rutina, y soy metódico y concienzudo, como lo es un escritor o un fabricante de relojes.

Pero si bien es cierto que el arte contemporáneo plantea agujeros negros a la hora de observarlo con criterio, para Ortega una de las cualidades imprescindibles del arte es que sea capaz de generar una mirada nueva. El público juega un papel fundamental en este proceso. A Kike le encanta observar las reacciones de las personas en museos y galerías, pero además disfruta explicando su propia obra.

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¿Mi viejo profesor? La obra de Kike invita a tocar

-Lo mejor que le puede pasar a un artista es que hablen de su obra, y para ello es necesario que se comprenda y nadie mejor que el propio artista para explicar su intención y su trabajo.

Ambos coincidimos en que un artista es más que su obra. Kike encuentra en el compromiso una de la claves de la trayectoria de un creador. El nivel de auto exigencia determina la trayectoria y calidad de la obra.

Leyendo las pistas, la trayectoria actual de Ortega pone rumbo hacia el poder del lenguaje corporal, las miradas, los brazos, incluso la desafiante altura de los rascacielos funcionan como un ser vivo.

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«Yo mono, yo pintor» su original autorretrato

Cuanto más la exploro, encuentro en la obra de Kike Ortega una mezcla de nervio y nostalgia. A medida que conozco, no solo su pintura y su escultura, sino su forma de entender el hecho de ser artista, comprendo que en él conviven  la sana ansiedad de innovar y el humano deseo de apelar a las cosas que perduran, recuerdos, sensaciones y viejas historias.

De hecho, me resulta francamente conmovedora la escenografía de sus bidones, y me recuerdan a Malevich, ensayando su abstracción en los decorados de la ópera «Victoria sobre el sol» a principios del siglo XX.

Si para los Suprematista rusos, el arte no tenía por qué referirse a nada objetivo para ser arte, en Kike Ortega sucede lo mismo entre clasicismo y desafío. Pues es precisamente en el metal o en el óxido donde la mano del artista acepta el reto, y al final ¿Cuál es nuestra sorpresa? Pues que sobre el desgarro de esos materiales Kike nos lleva a un paisaje, como si la vida, a través del arte venciese a la naturaleza de lo duro.

¿Qué espera ver uno sobre un viejo barril abierto en canal? Dese luego no una sosegada escena arquitectónica, que aunque toma carácter del material que la sustenta, a su vez es capaz de dulcificarlo. Kike nos presenta dualidades que no esperamos que convivan, pero él consigue hermanarlas.

Por cierto, hablando de lazos sólidos, para Ortega la relación artista-marchante es un asunto muy serio. Precisamente, el marchante Gil de Luna (Federico Gil) se fijó en su obra la primera vez que la vio en Miami. Tras el primer contacto no dudó en coger un avión para conocer el taller de Kike en Pontevedra, eso es compromiso…Enseguida volvieron a Miami para buscar el espacio adecuado para exponer y lo encontraron en Art Biscayne House, que incluso compró uno de los bidones para su colección particular.

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Montando expo en Miami

Respecto al temperamento del artista ¿Es un extraterrestre inmerso en su universo y ajeno a la realidad? Todo lo contrario, el momento que vive le sirve de espejo, ya sea para la aceptación o el rechazo. ¿Qué opina Kike Ortega del compromiso que el arte espera de la sociedad?

«Más que buscar público potencial tenemos que despertar el potencial del público. Para que se aprecie el arte hay que mostrarlo, por eso es tan importante que los artistas cuenten con espacios para exponer y que se fomenten las ferias. El arte debe estar presente en la educación»

El faro pone luz a esta acertada reflexión con toda su potencia, porque aquí  Ortega toca un las cuerdas de la guitarra ¿Qué melodía prefiere nuestra sociedad? ¿La del arte como ocio elitista? ¿ O la que empuja a la juventud a encontrar su voz creativa? en este desafío, necesitamos más artistas comprometidos, más artistas como Kike Ortega.

*Descubre  en estos vídeos cómo trabaja Kike Ortega y más información de su exposición en  Art Biscayne House

 

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4 comentarios en ««Crecí en un taller, para mí el arte es oficio» Kike Ortega»

  1. gran post con un contenido interesante de información, en donde el arte es expuesto por parte del interprete gran expresion del ser para el publico, magnifica presentación de las obras, saludos.

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