La Casa de Galicia en Madrid (Casado del Alisal, 8) detrás de nuestro Museo del Prado, luce olas, barcos y brumas misteriosas. Hasta el 28 de julio, la artista gallega Marisa Redondo, expone su obra más atrevida en torno al mar y sus paisajes eternos, ¿O tal vez fugaces? Según se mire y se sienta; Por eso tienes que ser tú quién suba a bordo de esta exposición antes de zarpe y se vaya mar adentro.
«Horizonte de mar y memoria» ¿Quién no tiene un mar en sus recuerdos? Cada uno el suyo, su trozo de olas o de mar en calma, su pequeña historia con él, incluso quien no haya visto el mar sabe de sus misterios. Marisa Redondo capta lo que el mar tiene de profundo hacia lo lejos, esa perspectiva aérea y gaseosa que tantos artistas han abordado a lo largo de los siglos.
Mar es materia. En las obras de Marisa Redondo el mar es metal, bruma e incluso una superficie imaginada. Su técnica mixta, en la que el óleo y otros materiales se mezclan, generan texturas parecidas a la superficie de la luna, y esto hace de sus pinturas una experiencia visual y táctil.
Pero, antes de seguir pintando con palabras, subamos a lo más alto del faro a ver el horizonte. Puede que hoy sea el día en que veamos el rayo verde, y lo podamos contar a aquellos que creen que no existe. ¡Ahí está! sale entre la luz amarilla y bermeja de este cuadro que no necesita marco, que se muestra tal cual.
En la naturaleza , el rayo verde es un efímero fenómeno lumínico del que mucho hablan los navegantes pero que es muy difícil ver. Este haz de luz verde se produce en la puesta de sol, cuando los tonos rojizos del cielo y el azul intenso de alta mar se toca. Entonces, por unos segundos ¡surge el rayo verde!
sin salir del verde nos adentramos ahora en «Atmósfera tormentosa» Esta navegación en verde intenso entre lo abstracto y lo figurativo. Aquí lo que surca el cielo y el mar podrían ser lanzas de viento o dinámicas velas. Una obra monócroma exige dinamismo y accidentes geográficos en el lienzo (diferentes texturas y volúmenes) y aquí los hay.
«Tormentoso atardecer» La enigmática edificación que veo al fondo de esta pintura ¿Es real o imaginada? Me parece un espectro en la niebla, y la atmósfera coloreada que lo envuelve me atrapó desde la primera vez que lo vi en las exposiciones de Marisa Redondo hace tres años.
La artista, como bien hacía nuestro amigo del Museo Thyssen, Willem de Kooning, pasa de lo figurativo a lo abstracto de un brochazo, ¿Y por que no? La vida real es una mágica mezcla de lo concreto y lo intangible. Creo que Turner y Caspar David Friedrich se habrían llevado muy bien con Marisa Redondo. Friedrich podría hacer pasear en los cuadros de la artista gallega a su «Caminante en el mar de nubes» sin que este hubiese sentido añoranza del lienzo inicial, ya que ambos comparten vocación por sublimar la naturaleza.
Marisa Redondo fue docente infantil hasta que tras su jubilación se centró de lleno en su pasión por la pintura. Se mantiene siempre en movimiento, tanto en la exploración de nuevas técnicas como en el contacto con artistas españoles e internacionales. Aunque se formó y disfrutó con los libros, ahora, es una apasionada de internet y de las redes sociales. Enseñar y pintar tienen en común ciertas estrategias y muchos valores; ambas buscan transmitir algo que debe luego resonar en el interior del receptor, en su mente y en su espíritu.
Estos mares traídos a Madrid desde las Rías Bajas Gallegas me inducen a una reflexión, ¿Es el mar un poder interior? es decir ¿Cuánto oleaje guardamos dentro? Nuestras emociones son flujos líquidos que nos mantienen vivos, que llevan y traen pensamientos y vivencias.
Encuentro en el mar uno de los misterios más hermosos de nuestro planeta tierra, lo amamos le tenemos respeto; estos mares de Marisa Redondo quieren salirse del lienzo ¡Deja que lo hagan!
Me ha gustado la presentacion, intentaré ver la exposición
Te va a gustar mucho a ti que pintas y sabes de texturas y colores
Solo puedo decirte GRACIAS!!!!!!