Rojo, azul, blanco, ¡Frida!, los colores de su realidad

 

«Creían que yo era  surrealista pero no lo era, nunca pinté mis sueños, pinté mi propia realidad». Frida Kahlo

 Frida pinta desde su cama. cortesía de La Casa AzulFrida 1926. cortesía de La Casa Azul

Puedo comprender a  Frida en muchos aspectos de su vida. La mujer que pintó su existencia como una ópera de Wagner, rotunda y ardiente. Paleta en mano, narrado por ella misma, este viaje empieza y termina en «La casa azul”. Frida nació y murió en ella, (Coyoacán 1907- 1954), hoy es su casa museo. Dicen en México, de donde acabo de volver, que nacer y morir en la misma casa es una bendición. Magdalena Carmen dio forma a su historia, no a otra, sino a la suya, a través del color…rojo, añil, blanco,  ¡Frida!

AMARILLO- (sol, alegría, locura, enfermedad, miedo).  Su infancia estuvo marcada por la revolución, que en ocasiones llegó hasta su cocina, su madre guisaba para los zapatistas mientras ella observaba escondida en un baúl. La polio le hizo conocer el dolor y tuvo que aceptar su pierna flaquita y endeble  «Frida Kahlo pata de palo» como le dijeron algunos niños, aprendió de su padre a soportar con dignidad y rebeldía el dolor físico sin rastro de autocompasión. Su ingenio y sagacidad desde la infancia la convierten en una persona brillante. Su  osadía al pensar y actuar hacen de ella un ser que roza lo épico, desconcertando a su tradicional  familia mexicana de principios del siglo XX.

AZUL COBALTO- (electricidad, pureza de amor). Su juventud, señales eléctricas en su cuerpo y su alma. Friducha, descrita por su padre como la más lista de sus cuatro hijas, es de las primeras mujeres en ingresar en la  Escuela Nacional Preparatoria (1922). Su vehemencia pronto es compartida. Su pandilla, «Los Cachuchas», quienes no soportan el aburrimiento y bajo este bello «ley  motiv»  argumentan de política, filosofía y revolución intelectual. Son jóvenes y suspiran por vivir, ¡amigos, al fin y al cabo! Más electricidad. En septiembre de 1925, horrible calambre, cortocircuito, el autobús en el que viaja con su novio, un miembro de los Cachuchas, es arrollado por un tranvía y el impacto destroza su columna vertebral. Fundido a negro, un color del que Frida renegará siempre, comienza una nueva vida.  Empezará a pintar, ¿su máxima inspiración?, ella misma.

VERDE OSCURO- (anuncios malos, tristeza, ciencia, buenos negocios). En la cama, joven, en la cama, inmóvil, en la cama, dolorida, en la cama, sin certezas, en la cama… Frida explica que comenzó a pintar para entretenerse durante su convalecencia, atrapado su cuerpo en corazas de clavos y corsés su espíritu quería  evadirse del dolor. Sin embargo sus pinturas no evocan otras realidades, describen lo que le está pasando. Al contrario de otros, ella no vence el dolor sorteándolo sino enfrentándolo a través de su pintura. «Me pinto a mi misma porque soy lo que mejor conozco». Frida atravesada por columnas, Frida en la cama, rondada por la muerte, Frida desmembrada de cuerpo, rostro inmóvil. Algo característico de su obra es que no es su cara la que describe sus estados de ánimo, sino que son el resto de elementos del cuadro los que construyen la narración de su realidad. Son los colores que elige y los elementos que la acompañan en los lienzos los que narran (frutas, hojas, monos, la ortopedia que reconstruyó su cuerpo, la imagen de Diego Rivera, como ella misma expresó, «el segundo accidente de mi vida».

Las dos fridas
Las dos Fridas

En la relación que mantuvo con el muralista Diego Rivera desde 1928 hasta el final sus días, se amalgamaron sin diluirse todos los colores del universo Kahlo, el azul de la  electricidad en su pasión y su común inquietud artística pero también en las infidelidades que ella le lloró, tintes trágicos de verde salpicados por el cuadro de su romance. Estos escarceos de Diego incluyeron entre otras mujeres a Cristina, la hermana más querida de Frida. Más verde de malos augurios y rojo quizá de sangre en los malogrados embarazos de Frida, cuyo corazón  palpitaba de vida mientras que su útero, herido por el accidente no pudo cuidar del hijo que tanto deseó.

Diego se clavó desde el principio en sus vísceras, en su pensamiento más profundo, el elefante impactó en la paloma y aunque sentimentalmente fue un delirio, él siempre constituyó su máximo impulsor  artístico. ¿Hubiesen funcionado mejor como amigos?, quién sabe, a Frida no le iba la tibieza. Diego fue también el quién dio forma a la marca Frida tal y como hoy la conocemos. Parece que la morena indómita naciese con la falda mexicana y los encajes incorporados pero no fue así. Frida vestía como una mujer de principio de siglo, incluso en ocasiones como un gentleman, pues gustaba de vestirse de chico en su rebelde juventud. Fue Diego quién la instó a encarnar el nuevo México, romántico y cantautor de su nueva historia a través del atuendo tradicional de su tierra. Las ampulosas vestimentas y el tintineo de las joyas de Frida sirvieron además para dar fuerza y aplomo a un cuerpo liviano y débil. Una coraza de orgullo nacional, osadía y cromatismo.

VIVA LA VIDA-SANDIAS
¡Viva la vida! antes de Coldplay

ROJO, AZUL (barras y estrellas): Estados Unidos estaba cerca (San Francisco, Detroit dónde el museo de la ciudad encargó un mural a Rivera, Nueva York). Frida no teme criticar el estilo de vida allí. «My dress hangs there» (1933) explica sin paños calientes el contraste de su México con la vida gringa. En 1932 contempla un eclipse solar que hará que el contraste del día y la noche entren en su universo artístico como un elemento ya esencial de sus obras. Las calles de la ciudad son largas, los edificios altos, el cielo está lejos. El recuerdo de la imaginería piadosa de su infancia, rechazada o no por la Frida mujer, toma fuerza en la Frida pintora. Pero, al margen de su giro inspiracional, ¿imagináis el impacto que Frida causaba en aquella América de trajes grises y paños de importación europea? Frida inspiró los mejores atelieres. En 1937, la editora de Vogue París, Edna Woolman, la llevó a portada y la diseñadora italiana Elsa Schiaparelli  creó un vestido llamándola Robe Madame Rivera (el vestido Madame Rivera) en honor a su típico vestido tehuano.

Cambiamos colores por palabras. En 1938 André Bretón calificó su obra de surrealista en un ensayo que escribió para la exposición de Kahlo en la galería Julien Levy de Nueva York. A  lo que ella contestó con las sencillas pero rotundas palabras con las que arranca este artículo.

AZUL- BLANCO-MARRÓN (la intensidad, lo primigenio, la tradición).  «Las dos Fridas» (1939), que para mí es casi como cerrar el círculo. Las dos Fridas dándose la mano, en plena transfusión vital. La separación entre la Frida de antes  y la de después de Rivera (crisis matrimonial y personal). Corazones  conectados  por una vena, la parte europea rechazada de Frida Kahlo amenaza con perder toda su sangre. ¿Cuál de las dos sobrevivirá a esta etapa? En mi opinión un momento vital tremendo convertido en una obra elegante y honesta que no te cansas de interpretar.

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¿Otra última cena?

Pero ¿En qué tonalidad nos quedamos, cómo termina esta tragedia? Pues tras un divorcio, varios amantes, más pinturas, un nuevo matrimonio con el Rivera de siempre y con la fama de Frida en aumento dentro y fuera de México, esta historia termina dónde comenzó, en la cama. Postrada en la cama asistió Frida a su primera exposición individual en México en 1953 y desde la cama contempló la reacción que provocaba su obra y conversó con sus amigos. El médico le había prohibido levantarse de la cama pero no disfrutar tamaño acontecimiento.  ¿Cómo iba a ser el lecho un freno para Frida si ahí precisamente es donde eligió pintar? Valiente cejijunta empedernida, que convirtió el dolor en una obra de arte y una vida trágica en una existencia extraña, sí, pero plena de sentido.

Frida-Kahlo_The-Dream
«El sueño», entre la vida y el más allá

BLANCO-AZUL-VERDE-MARRÓN-AMARILLO-ROJO: Frida es una de las artistas que más que más marca ha creado. Te la puedes encontrar en todas partes del mundo. En su México natal, su obra y su imagen saltan de cuadros a vajillas, joyas y polveras. ¿Quién da más? Por cierto, eso de «Viva la vida» lo cantó Coldplay pero antes lo escribió Frida en una sandía. «Qué bonita es la vida cuando nos da de sus riquezas»(1954). Hoy La Casa Azul defiende y gestiona sabiamente su legado, con modernidad y enfoques francamente acertados, Frida da para mucho, ¿Cómo iba a tener su mueso una web aburrida? Agradezco a La Casa Azul su ayuda en este artículo y aquí os dejo una puerta a continuar la magia de esta historia.

http://www.museofridakahlo.org.mx/

(Fotos biografía de Frida Kahlo cortesía de La Casa Azul)

 

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5 comentarios en «Rojo, azul, blanco, ¡Frida!, los colores de su realidad»

    1. Gracias!, Frida es interesantísima y además mucho menos provocadora y más intimista de lo que pueda parecer, en el link de La Casa Azul puedes ver con calma exposiciones en torno a su obra y su vida

  1. Muy bueno Leti. He tenido la oportunidad de ver en el Museo Dolores Olmedo obra de Rivera y la casa de Frida en Coyoacán. Son una pasada. Saludos desde Mexico!

    1. Ya veo que estáis en inmersos en aventura mexicana, tuve la oportunidad de viajar ahí en dos ocasiones y estoy fascinada con el país, por eso quise hacer un homenaje a Friducha desde al Faro. Gracias por leerme y cuidaos mucho! Un Beso

  2. Emotivo e intenso. Una vida paradójicamente envidiable, aprovechada al máximo a través del estímulo expresivo

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