«Lo bello de la vida» (cap 22) – Ese espacio tan tuyo – y de varios artistas

Todos necesitamos un espacio sagrado, que nos permita desarrollar una idea abstracta y convertirla en un proyecto concreto.

Sea un despacho, un taller, una oficina, un estudio, una parcela de jardín…ese espacio se va impregnando de nuestra energía y se convierte en cómplice de nuestros objetivos.

Me encanta mi despacho; Me complace volver de mis aventuras en museos y galerías de arte y dejar reposar en la mesa no solo la documentación, sino la vivencia y motivación que traigo conmigo. Me gusta cómo lo ilumina la luz de la mañana y de la tarde  y el olor de la madera y los libros. Mi despacho es blanco y azul, en las paredes hay reproducciones de alguna obra de Hopper, portadas antiguas de la revista The New Yorker y dos intensos cielos al óleo de la artista gallega Marisa Redondo.

En mi escritorio tengo de todo, y todo pulcramente ordenado. Escribo mucho a mano,  con la pluma que me regaló María, mi madrina,  y justo ahora veo la fotografía del estudio de Cézanne que mis amigos Mari Cruz y Guillermo me trajeron de Aix-en-Provence; Ya ves, mi despacho es un templo de mis emociones.

¿Tú tienes un espacio para ti ? No importa el tamaño, ni el lujo, solo importa que sea tuyo y que entabléis una relación de camaradería y respeto.

Si te apetece, podemos ahora entrar en algunos estudios de artistas. No les molestaremos mientras trabajan…son tan lentos estos días de confinamiento que ellos comprenden nuestra curiosidad.

Hoy, en «Lo bello de la vida a través el arte»  10 artistas nos reciben en su estudio. Puede que alguno sea nuevo para tí, y si es así ¡Mejor! Así podrás investigar y seguirles la pista.

(Recuerda que compartimos  arte y comentamos obras en directo en Instagram a través de la cuenta @FaroHopper)

1. Alfonso Albacete- el estudio dentro del estudio

Natura dieciséis (El estudio en el estudio) 2014 Alfonso Albacete

Tuve un flechazo con la obra de Alfonso Albacete en la Galería Marlborough. Hay en sus obras una sensación de naturalismo y a la vez una sensación de mundo artificial. Esta combinación, de lo orgánico y de lo inerte, crea una belleza estética que me genera mucha paz.

Alfonso Albacete tira líneas como arquitecto que es. Líneas rectas, perfectas y con lejanos puntos de fuga; Pero a la vez pinta como un jardinero, cada objeto y su color, son como una flor que encaja perfectamente en el conjunto del paisaje de la obra. Sus colores son brillantes,  tirando a ser ácidos. En muchas de sus obras se combinan espacios interiores y exteriores de una forma muy original. En este caso entramos en el estudio del artista, en el que a su vez, vemos en el caballete una obra que retrata el estudio; Interior dentro de interior, un cuadro dentro de un cuadro.

En primer plano, sobre la mesa, un armonioso desorden nos transmite que ahí, en ese instante se estaba trabajando. Tal vez el artista ha salido a respirar otro halo de inspiración y enseguida vuelva.  La obra de Alfonso Albacete (Málga, 1950) se centra en espacios y paisajes urbanos que suele trabajar en series en torno a un mismo tema. Yo encuentro en su pintura una belleza estudiada  y atemporal, ¿Cómo te diría? su obra me parece clásica y actual a un tiempo.

2. Frederic Bazille – el estudio como lugar de encuentro 

«El estudio del artista» 1870 Frederic Bazille

Estamos ahora en la habitación de dúplex que hacía las veces de estudio para Frederic Bazille (en el número  9 de la rue de la Condamine) . Bazille era amigo de muchos de los grandes pintores de su época. Desafortunadamente, es el impresionista que más pronto deja los pinceles, ya que con solo 28 años, falleció en la Guerra Franco-Prusiana. Sin embargo eso no nubla que su estudio fuese durante años punto de encuentro para Manet,  Renoir, Monet, Sisley  o el novelista Emile Zola.

¿Imaginas los temas de conversación? El arte, el cambio social, la malignidad de la crítica que les repudiaba, las penurias económicas también. Pero sobre todo las ganas de hacer algo por lo que valiese la pena sacrificarse, las ganas de dejar huella.

Claude Monet retrató a Bazille en una versión del «Desayuno en la hierba» que ya había pintado Eduard Manet en estudio, pero en esta ocasión, Monet se propuso realizar la obra íntegramente «a plein air», desde la primera hasta la última pincelada. Por su parte Bazille realizó varios retratos colectivos de familia y amigos, aplicando a su pintura puntos vista propios de la fotografía (como bien pudimos disfrutar en nuestras visitas guiadas a «Los impresionistas y la fotografía» en el Museo Thyssen)

3. Seulgi Lee – el estudio como un universo vivo 

La escultora coreana Seulgi Lee en su estudio retratada por Jean Marie del Moral en 2010

Sobre la banqueta, digna y sonriente, nos recibe en su estudio la artista coreana  Seulgi Lee (Seúl 1972) aquí retratada por el fotógrafo francés Jean Marie del Moral.

Junto a la artista vemos dos planetas, o tal vez dos habitantes de esos nuevos universos  que Lee presenta en sus esculturas e instalaciones.

Lo cierto es que Seulgi trabaja con objetos cotidianos, cestas, sábanas, trozos de madera, pelo sintético, que después convierte en objetos que aluden al mundo de los sueños partiendo de la realidad. Por ejemplo. Seulgi Lee reflexiona sobre la linea que separa a un objeto en cotidiano de una pieza de arte, es decir, de un objeto que por su apariencia, por su novedad o por su significado, tenga un valor estético e histórico y por tanto merecerá trascender, de la misma forma que ha trascendido un cuadro de Goya.

Seulgi Lee es artista y artesana que cortar, pega pule y pinta cada una de sus piezas; Su estudio es lo más parecido al taller de un zapatero de un ebanista.

Sus obras toman formas esféricas y geométricas y sus colores vivos conectan con el espectador de forma muy animal; como cuando un niño se abalanza sobre el juguete más llamativo de la tienda. Sobre sus instalaciones en directo tengo que deciros que crean una atmósfera preciosa y  de formas, color y luz; Así que habrá que estar atento a sus próximas exposiciones en España.

4. Georg Friedrich kersting – el estudio como santuario 

«Caspar David Friedrich en su estudio» 1811 Georg Friedrich kersting

Encontramos al artista romántico alemán, Caspar David Friedrich empezando un cuadro, vamos a ser casi testigos de la primera pincelada.

Destaca la desnudez de sus estudio, donde solo vemos lo que necesita para trabajar, pero ningún otro rastro de vida. Parece que Friedrich esté pintando en la estancia de una casa deshabitaba, y esto confiere al estudio la cualidad de ser un santuario en el que el artista puede refugiarse del mundanal ruido y de las ataduras de su propia existencia. En este estudio Caspar David Friedrich no solo pinta, parece que pudiese meditar sobre la pintura, desparecer por unas horas.

La puerta y la ventana lo conectan con el mundo exterior pero en mi opinión este estudio transmite el nirvana del placer de la concentración absoluta.

El retrato lo pinta otro artista alemán,  Georg Friedrich kersting, y lo que vemos colgado en la pared son paletas; tientos, que el artista utiliza para mantener forme el pulso cuando tiene que pintar al detalle, y también cartabones para trazar líneas rectas.

Parece que podamos entender toda la quietud y melancolía de las obras de Caspar David Friedrich viendo su estudio. Me pregunto si esta imagen será verídica o si en el fondo es una pose para agrandar al leyenda de misterio en torno al retratado, quién sabe…

5. Picasso – el estudio como tesis del artista 

«Estudio del pintor» 1927 Picasso

Picasso ahondó de forma original en las naturalezas muertas y se recreó en el retrato de interiores. Este estudio nada tiene que ver con los caóticos espacios reales en los que fue pintando a lo largo de su vida. Picasso era un trabajador incansable y sus estudios estaban atestados de obra a la espera de pasar el filtro del propio artista para luego ver la luz. He elegido este estudio de 1927 ya que podría considerarse un resumen de las innovaciones de Picasso como artista hasta ese momento.

Más que un espacio interior, la obra parece un friso horizontal, ya que la profundidad  ha desaparecido. En este estudio, planos y lineas definen los objetos dentro de manchas de color. A la izquierda podemos ver a alguien que entra por la puerta, o tal vez es un lienzo pintado.

Toda la obra da una sensación de papiroflexia, de casa de muñecas efímera. Este espacio de 1927 es una afirmación de la madurez que va adquiriendo el lenguaje el artista. Un lenguaje rompedor y simplificado que Picasso había creado en 1907, cuando pinta «Las señoritas de Avignon»

6. Raoul Dufy- el estudio como elogio a la alegría 

«El estudio del artista» 1935 Raoul Dufy

Raoul Dufy pintó maravillosos interiores con vistas a paisajes de costa, sitúa ahora su estudio en un ambiente urbano. Parece un espacio agradable, muy vivido y en el que francamente apetece entrar.

Tenemos una obra en el caballete, un desnudo de aire clásico. Tenemos un aparador, un pequeño caballete vacío, un cuadro apoyado en el suelo…¡Un abarrote! parece difícil hasta caminar. Sin embrago, siendo yo amiga del orden, recibo vibraciones de la alegría y espontaneidad que reina en esta casa, porque este estudio está conectado con el hogar, no es un espacio que aleja al artista del mundo sino que le conecta con él.

Como es habitual en el estilo de Dufy, los trazos están muy marcados y los colores inundan la estancia creando una atmósfera un tanto gaseosa.

De nuevo siento la sensación de que el artista aunque no está, anda cerca y podría asomarse con material nuevo para seguir trabajando en cualquier momento.

7. Rembrandt – el estudio como autorretrato 

«El pintor en su estudio» 1628 Rembrandt

Mírale, ahí está, al fondo contemplando una obra que no vemos.

Rembrandt H. van Rijn es el artista que con más frecuencia y emotividad se ha autorretratado y entrar en su estudio es otra oportunidad de ahondar en su psicología.

El suelo cruje bajo nuestros pies, y la estancia muestra un aspecto modesto, no necesita el maestro más lujo que el que lleva dentro...sin duda alguna

La imagen da mucho protagonismo al secreto de esa obra que no vemos, que por la fecha de esta pintura, 1928, podría ser  «La presentación en el templo» de 1627 . Pero lo realmente importante de esta escena es como Rembrandt nos está diciendo con su actitud que un artista necesita reflexionar sobre lo que va a pintar, y así aparece al fondo, pensativo y alejado del lienzo.

Esta actitud resalta el carácter intelectual del artista y da importancia al proceso interior  que precede al acto de empuñar los pinceles.

Rembrandt es un artista que celebra la vida cuando se siente bendecido ( fue rico, fue coleccionista y un artista muy celebrado en su tiempo) y que no elude el dolor cuando le golpea (perdió a seres queridos y su fortuna)  Personalmente, siempre le sigo la pista por todos los museos del mundo, siempre me tomo un rato para mirarle a los ojos con honestidad.

8. Guillermo Pérez-Villalta- el estudio como espacio fuera del tiempo 

«El taller» 1979 Guillermo Pérez Villalta

Conecté con la obra de Guillermo Pérez-Villalta (Tarifa, 1948) en la Galería Fernández- Braso. 

Se le considera un miembro de la denominada «Nueva figuración madrileña» junto con artistas como Antonio López, sin embargo, Pérez-Villalta está unido a la realidad por un hilo tan tan fino , que casi pende su obra entra la lucidez y la vigilia.

Observa como nos mete en su estudio, a la  izquierda vemos otro lienzo de espaldas y a la derecha al artista, contemplando el lienzo desconocido a través del arco de la puerta, cubriéndose la boca con gesto pensativo. Siguiendo el suelo de azulejos,  Pérez -Villalta nos lleva cada vez más hacia adentro.

Parece que al final nos detengamos en un exterior que emula la intemporalidad de un hortus  romano abierto al mediterráneo,  al que llegamos bajo la estructura de una pérgola desnuda.

Desde allí, podemos disfrutar del mismo paisaje que nos muestra la ventana a la izquierda, y tal y como vemos las casas y el puerto allá abajo, sentimos que el estudio está elevado sobre el terreno, como en la cúspide de una montaña. Desde el estudio, tiene el artista el mundo a sus pies.

Para Pérez -Villalta la figura humana es simbólica, a veces ni siquiera tienen rostro más allá de una esfera,  pero viven y trabajan con un aire de pintura costumbrista en una estética surrealista. ¡Échale una ojeada!

9. Guillermo Mora – el estudio como lugar de juego 

Guillermo Mora (Alcalá de Henares, 1980) está incluido en la publicación «100 Painters of Tomorrow» (100 pintores del mañana) Se forma entre Madrid , París, Roma y Chicago a través de varias becas que han ido apoyando su talento.

Hoy día cuenta con numerosos premios como el Premio de la Comunidad de Madrid en Estampa 2017 y pude conocer su obra en directo en la galería Moisés Pérez de Albéniz.

Mírale, literalmente levantado el color del suelo. Así es la obra y el estudio de Guillermo Mora, un desafío a la imaginación. Se considera pintor, aunque su obra tiene también mucho de escultura, porque es la propia pintura la que se sujeta a sí misma, sin marco, sin bastidor.  Guillermo Mora trabaja con la paciencia, un ingrediente escaso en los días que vivimos, pero él necesita largos tiempos de secado para su pintura.

Dado que la mancha de color es la materia de su trabajo, podríamos definir su obra como abstracta; Aunque él ha comentado en varias entrevistas que esos colores le sirven para definir aspectos concretos de la  sociedad, a la que ha enmarcado en un espacio de «dulcificación – ácida»

10. Bea Sarrias – el estudio como parte de un hogar 

«Librería y escritorio» 2017 Bea Sarrias

Parece que por hoy el trabajo ha terminado. Quedan asuntos sobre la mesa pero todo está en su sitio; El dueño de la estancia lo ha dejado estratégicamente preparado para continuar sus tareas en el punto en que las dejo; Como también indican la butaca y la silla recogidas bajo la mesa.

La diagonal que forma el mueble nos introduce de repente en la tranquila estancia donde cada libro es una ágil pincelada. La cristalera panorámica deja intuir un jardín frondoso, hoy nublado, algo tormentoso, podría ser otoño o primavera.

Arriba vemos el techo con sus modernas vigas. En él los tonos ocres, el verde, el castaño y el azul, se conjugan formando elegantes aguas que se proyectan al resto de la estancia.

Bea Sarrias (Barcelona, 1978) estudió Bellas Artes en Barcelona y Alemania, y se formó además con Antonio López.  Este despacho pertenece a una serie de pinturas realizadas en La Ricarda, una residencia familiar construida por el arquitecto Antonio Bonet Castellana y que constituye un hito de la arquitectura racionalista española.

De hecho, Bea Sarrias, se ha convertido en una retratista de casas, en las que trabaja como una meticulosa arqueóloga estudiando el espacio y la luz.

Este interior se queda conmigo, pues lo adquirí en la Galería Ansorena en junio de 2018. No me canso de mirarlo ni de imaginar momentos de trabajo, de inspiración y de encuentro que alberga esta habitación con vistas.

Un abrazo desde El faro de Hopper

Enlaces a las galerías de arte nombradas; Galería AnsorenaGalería Marlborough, Galería Fernández-Braso, Galería Moisés Pérez de Albéniz ,

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