«Lo bello de la vida» (cap 23) -Pasa, estás en tu casa

Cada fin de semana un rayo de luz asoma a los kioskos.

La revista HOLA, decana de la prensa del corazón y noble abuela de Instagram, nos permite saber más de la vida de los demás.

Profundizar, elogio tras elogio pues criticar sería feo, en esas vidas de gentes de alcurnia, de fama y buen bolsillo. Y aunque no siempre sea oro todo lo que reluce, no negaré que abrir el HOLA y entrar en esas espléndidas mansiones, villas, lofts y castillos, me imbuye en un mundo de color en el que fantasear.

Si en Downton Abbey lucían van Dyck en el comedor; Estas casas del HOLA nos muestran a veces excelentes piezas de arte. En sus últimos  números he reconocido cuadros de Tápies, de  Eduardo Arroyo, de Miquel Barceló y dibujos de David Hockney, así como una tablilla del Quattrocento italiano cuya dueña escondía en su vestidor.

Uno nunca sabe si las estancias que nos muestran son realmente las que el inquilino habita o si han sido decoradas para el reportaje. Sea como fuere, HOLA ha creado clásicos de fotoperiodismo voayer; como esas  damas que además de título nobiliario son empresarias de éxito y posan, ya sea en traje de noche o en vaqueros y descalzas, batiendo huevos en su amplia cocina.

Esos padres de familia haciendo picnic bajo un árbol, cuyas bellas hijas adolescentes nos cuentan desde volátiles columpios su experiencia en el baile de debutantes y sus planes para estudiar en Nueva York.

Véase una de la hijas «El Columpio» Jean H. Fragonard 1767

No es esto una burla ni al dinero ni a la fama; Pues estos dos néctares de la vida, si son dignamente adquiridos ¡Qué Dios los bendiga! Sabemos que vidas, hay muchas. Desde las malvas y suaves  hasta las duras y frías, Pasando por la vida real de cada uno, y la vida que algunos se esmeran en inventar.

Yo diría que cada casa, cada hogar, guarda crónicas de momentos memorables que uno repetiría y otros, que más convendría dejar atrás. No olvidemos que la intimidad es el mayor de los lujos, aunque hoy pocos se la permitan …qué lástima

Es abrir el HOLA, ver esas casas, y entrarme ganas de redecorar mi morada. Ampliar los armarios, abrir más ventanales al mar, organizar la limpieza inminente de las caballerizas, y añadir una terraza volada a la piscina exterior. ¿No te pasa? ¿Abrir el HOLA y querer dinamitar tu casa? (dice ella, hilarante)

Aquellos que muestran su casa en HOLA, heredan la costumbre de autorretratarse a través de sus posesiones, de los espacios y objetos que también los definen como seres humanos.

En la Inglaterra colonial, por ejemplo, lo que no te daba la cuna (nobleza, posición) podía dártelo un buen retrato si contratabas al artista adecuado. Debía ser, sin duda,  el mismo artista que pintase a la nobleza (lo cual no siempre sentaba bien a los que por legítimo apellido, se sentían dignos de ser retratados) Así que si quieres enseñar  tu casa, no llames a VOGUE, que sirve para otras dignas causas, ¡Llama a HOLA! 

Medrar socialmente y hacerse un retrato era un paso ineludible en la edad media y en la edad moderna,  tanto como ahora exhibir tus interiores en HOLA o desnudar la complejidad  de tu alma en instagram.

Lo cierto es que la revista HOLA hace un periodismo tan digno como otro cualquiera, que da de comer a redactores, estilistas  y fotógrafos. Pero además, HOLA me ha abierto puertas que yo he convertido en prósperas estancias, así como te lo cuento.

Van ya dos ocasiones en las que tras conocer a un personaje en las páginas de HOLA , me puse en contacto con la persona a través de las redes sociales y de ahí surgieron proyectos profesionales en común. ¿Qué te parece? Uno nunca sabe dónde están la inspiración ni el  trabajo. Así que, reconozco que entrar en esas casas  potencia mi imaginación.

Porque ¿Qué quieren decirnos esas casas? Tal vez sea un sueño, pero es placentero pasear mentalmente por muchas de ellas. Lo mismo sucede con la pintura, que nos saca de nuestra habitación física y mental, para hacernos vestir distinto,caminar distinto y sentir distinto.

Abres el HOLA y es como visitar la Capilla Sixtina. Ni todo es mentira, ni todo es verdad…es ilusionismo 

¿Te apetece cotillear las casas de los demás? 

Concédete 3 minutos para recorrer en video algunos de los espacios privados más apetecibles del arte.

Deléitate en la decoración de paredes y techos, fíjate en cómo la luz  baña los interiores, siente las zonas de sol y las zonas de sombra. Mira cómo el color emerge del suelo y se refleja. Sal a la terraza y disfruta de las vistas.

Si ahora mismo tuviese que elegir, me quedo con el desayuno en la logia italiana de Singer Sargent y la piscina de Slim Aarons, pero a medida que avance el día iré cambiando de espacio, qué para eso es mi casa soñada. No quisiera yo competir con HOLA pero, nada que envidiar ¿Verdad?

Por cierto, gracias por dejar que @FaroHopper entre  en tu casa, en tu hogar. Es un placer compartir ratos contigo en nuestros Live en instagram, así que aunque vayamos conquistando nuestra vida exterior, el faro sigue encendido para tí en las redes.

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